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Antes de empezar hay que comprender que Indonesia es muy grande, con más de 250 millones de personas es el cuarto país más poblado del mundo y el 15º por superficie. Si vas a viajar a Indonesia, te interesa entender la magnitud del país.

Son más de 17.000 islas, algunas de ellas compartidas con otros países (como Borneo con Malasia y Brunéi o Nueva Guinea con Papúa Nueva Guinea). Así que lo de ir a «Indonesia» o «conocer Indonesia» hay que cogerlo con pinzas: un mes da para lo que da, y o bien te pasas el día en barcos y aviones para pisar unas cuantas islas y acabar sin tener idea de lo que has visto o bien recorres unas pocas y… Bueno, te quedas sin tener mucha idea igualmente 😉

Nos hemos saltado algunos de los sitios típicos para visitar, como el archiconocido volcán Bromo, la isla de Borneo (tampoco la visitamos por Malasia) o Bali, pero…En fin, que junto a Myanmar y Tailandia, Indonesia se ha metido de lleno en la lista de países a los que volveremos en algún momento.

Si nos saltamos todas estas cosas… ¿Qué vimos?

Estuvimos básicamente en dos islas:

  • Sulawesi – Célebes (y en las Togian)
  • Java (Yakarta y Yogyakarta).

Sulawesi ha sido de lo mejor que hemos visitado en el viaje, totalmente recomendable. Quizá por la compañía de Pedro y Nagore, quizá porque en sí mismo es un sitio maravilloso. En Java hicimos menos cosas y nos gustó menos, pero necesitábamos pasar por Yakarta para a) reparar mi MacBook Air (no pudo ser, estaba todo el mundo de vacaciones y no daba tiempo a arreglarlo antes de que nos fuéramos) y b) nuestras entrevistas a startups requieren que pasemos tiempo en capitales.

Con esta ruta relativamente limitada y alejada de lo que suele visitar la gente por Indonesia (Bali, por ejemplo) es posible que tengamos una opinión distinta a la de mucha gente.

Y aquí va lo que más nos ha gustado, lo que menos y lo que nos gustó pero nos acabó cansando:

Lo mejor y lo peor de Indonesia

Lo que más nos ha cansado de Indonesia

Las costumbres ancestrales

Esto viene por esos días que pasamos en Tana Toraja (en el centro de Sulawesi), conocido básicamente por sus funerales (si os interesa ir a alguno, aquí lo explican bien). Sé que es injusto y difícil juzgar las costumbres de otros (o las propias).

Quizá yo venga sesgado de fábrica, pero esos días me sirvieron para reafirmarme en mi opinión: las costumbres y tradiciones son, por normal general, una mierda y están mejor en el recuerdo y los museos que en la vida diaria.

Mola mucho ver el culto a la muerte y los funerales de la región, pero son costumbres que mantienen al pueblo Tana Toraja anclado en el pasado, en una espiral absurda de gasto en funerales que no lleva a ninguna parte. Es posible que estuviéramos influenciados por nuestro casero, Natsir, que había decidido dedicar su (poco) dinero a la educación de sus hijos en lugar de a los funerales, sufriendo cierto «acoso» por parte de los palurdos torajanos, pero la cuestión es que tanto énfasis en las tradiciones y las tonterías hicieron que viera aún con más amor Internet, las series de televisión americanas y la Nintendo 3DS.

¿Cómo es un funeral en Tana Toraja?
En los funerales no se andan con tonterías. Cuando alguien muere, la familia se reúne y decide cuándo enterrarán el cuerpo. Dependiendo de la «importancia» de la persona se hará antes o después: así que al que le entierren pronto debía ser un pringui. Una vez determinado el período (que puede ser de hasta 3 años según nos dijeron) se mete el cuerpo (entendemos que embalsamado) en una construcción especial (eso entendimos al guía, pero escuchamos por ahí que a veces es en las casas) donde permanece en espera. Cuanto más largo sea el período de espera más exagerado tendrá que ser el sacrificio. Sí, se sacrifican decenas de bueyes (con 4 bueyes, según nuestro casero «rebelde», te puedes pagar un año de universidad) y cerdos. Los invitados aportan cerdos, cuanto más gordos y grandes, mejor. Todo queda apuntado, para saber quién aportó qué. La economía de la región gira alrededor de estos funerales. En el grupo tuvimos cierta división, porque algunos lo equiparaban a las bodas. No estoy de acuerdo, normalmente el que se gasta mucho es porque puede (aunque haya idiotas que se endeuden) y en el fondo estas bodas son una mezcla de donación paterna / materna y crowdfunding.
 

Carreteras e infraestructuras

Después de más de una semana en ese país futurista que es Singapur cualquier país nos habría parecido bárbaro y atrasado. Pero es que fuimos directos de Singapur a Makassar y se notaba el cambio. Aunque hay que ser sincero: la mayoría de las carreteras estaban correctas.

Pero cuando quisimos ir a las Togian para bucear nos dimos cuenta que salía más a cuenta deshacer el camino hecho y coger un avión que seguir en coche y pasar unas 20 – 30 horas (no nos decían con exactitud) para recorrer menos de 500 km.

Moverse no es tan fácil

Relacionado con lo anterior, pero añadiendo que los vuelos locales tienen una complicación: para poder pagar con tarjeta necesitas comprar con más de 48 horas de antelación. Algo que cuando vas organizando el viaje sobre la marcha puede ser un dolor considerable. Hay otras formas de pagar (en cajeros y con sistemas online propios) pero no nos vimos con ganas de explorarlos.

Además, las vacaciones se toman muy en serio y nos fue realmente complicado conseguir transporte que nos sacara a tiempo de Yogyakarta.

Lo que nos ha gustado pero nos ha terminado cansando

Templos reformados / restaurados

Borobudur y Prambanan son de los mejores templos que hemos visto en el viaje. Teniendo en cuenta que pasamos por Angkor Wat es mucho decir. PERO…

Borobudur

Están completamente (o casi) restaurados. Parecen casi nuevos, especialmente Borobudur. Y eso mola, porque te haces una idea de cómo tenía que ser en su día pero… Le quita algo de gracia. En cualquier caso, totalmente recomendable una visita.

Pambranan también resulta impresionante, sobre todo al llegar.

Pambranan

Pambranan

El modelo de Tuk-Tuk

Cada país tiene una versión propia del tuk-tuk, el que más vimos por Indonesia tenía un nombre raro, algo como «vekto». No era propiamente un tuk-tuk, pero por motivos prácticos, nos referiremos así a él. Se trata de motos que llevan delante una especie de carrito para sentarte.

¿Lo bueno? Te aireas y ves por donde vas.

¿Lo malo? Cualquier frenazo te hará temer por tu vida.

Lo que más nos ha gustado de Indonesia

La gente

Sobre todo en Sulawesi, los indonesios eran cercanos, divertidos y curiosos. También es verdad que en Malasia la gente nos había hecho menos tilín y en Singapur es «otro rollo», por lo que el cambio se notaba.

Quizá sea porque no es el destino turístico más popular del mundo (sigo hablando de Sulawesi) o porque nosotros somos muy majos (que también es cierto), pero los indonesios, excepto las chicas que trabajaban en las tiendas de reparación de Apple, eran amor. Y una de ellas fue muy profesional y atenta, mi odio va por otras dos en concreto.

Hablando de gente, no podemos olvidarnos de nuestro último taxista en Yakarta, con el que pasamos 3 horas en un atasco de camino al aeropuerto. Se lo pasó tan bien con nosotros que nos dijo que le habíamos alegrado el día y nos pidió que no le olvidáramos.

Va por él:

Nuestro último taxista en Yakarta

Nuestro último taxista en Yakarta

Los precios

En Java la cosa cambia, sobre todo en Yakarta los precios son relativamente elevados para el bolsillo mochilero (también es cierto que nosotros somos más de ir a hoteles que a hostels, y eso pasa factura). Pero en Tana Toraja comíamos muy bien por muy poco dinero y en las Togian por menos de 25 euros (los dos, unos 12 € por persona) teníamos un bungalow frente al mar con la comida incluida.

Es muy materialista quizá, pero después de los despilfarros de Singapur nos vino bien.

Islas y playas perdidas + Buceo

Estoy seguro de que quedan cientos y miles de playas por descubrir, sin cobertura y sin casi gente. Pero no es tan fácil ir a ellas como nos lo pintan muchos blogs. Sobre todo cuando tienes el tiempo limitado a dos o tres semanas veraniegas. Por eso disfrutamos tanto de las Togian, porque sabíamos que en otra ocasión no habríamos podido invertir 2 días en llegar a ese pequeño paraíso de relax absoluto.

Algunos de los mejores atardeceres los vivimos allí. Por suerte nuestros queridos Iñaki y Vanessa de Asian Gaude se molestaron en hacer un vídeo desde la terraza.

En fin: sentimientos encontrados. Disfrutamos muchísimo de nuestros días en Indonesia, pero nos quedamos con la sensación de tener que repetir sí o sí para conocer un poco mejor el país. Parte de la culpa fue tener que buscar un distribuidor que arreglara el MacBook Air que se me había tostado en combate y parte de las vacaciones del fin del ramadán, que dificultaron bastante el gestionar las entrevistas.

Pero… Volveremos en algún momento.

Nota gastronómica: creo que es de las pocas veces que no hablamos de comida en un post de estos. En resumen: comimos bastante bien. La comida indonesia se parece a la malaya, pero… A mí al menos me gustó más. Había multitud de restaurantes japoneses, sobre todo cerca de nuestro hotel (que era japonés) así que aprovechamos para retomar el sushi y los ramen, degustamos comida local en sitios pijos (¿nasi goreng con wagyu? Sí, es posible en 1953 Indonesia. No, la mezcla no tiene sentido. Sí, el Wagyu estaba muy rico), en sitios cutres, y guirufadas, como la mejor hamburguesa de Yakarta o el mejor italiano de todo este viaje.

Y… ¿qué fue del famoso Kopi Luwak? ¿Dónde tomarlo?

Y por supuesto, también probamos el Kopi Luwak (el café más caro del mundo, cagado por un bichejo). Compramos 100 gramos por 20 euros en Anomali Coffe (viendo otros sitios, parece buen precio y garantizan que el luwak es salvaje, no enjaulado) y tomamos una buena taza en Le Maison por unos 10 euros.

Kopi Luwak

No me pareció para tanto, pero no nos íbamos a ir sin probarlo.

 

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