A estas alturas de la película la mayoría sabe que Jack Ma es el fundador de Alibaba, el gigante chino del eCommerce que rivaliza con Amazon en tamaño y variedad de servicios. Pero en un mundo en el que tenemos la tendencia de sólo contar con referentes americanos (o “asimilados”) y quizá algún europeo, con grandes nombres como Bill Gates, Steve Jobs, Peter Thiel, Elon Musk o Richard Branson copando las diapositivas de todas las presentaciones, Jack Ma se presenta como el héroe de la República Popular, la figura más reconocible del emprendimiento chino: el hombre hecho a sí mismo que no era capaz de que le admitieran en la universidad pero que acabó montando un imperio.
Jack Ma no sólo es el emprendedor chino más conocido fuera de China, dentro también es una estrella. Aunque existen otros grandes nombres, Ma es el que cuenta con el aura más fuerte, es la vara de medir, la referencia. Le ves en las portadas de las revistas, te hablan de él cada día o sale por la tele (que no es que veamos la televisión en chino, pero pasamos delante de algunas). El gobierno quiere promocionar la economía startup y para eso lo mejor es contar con referentes nacionales.
Los (duros) comienzos de Jack Ma como emprendedor, típico caso de “hombre hecho a sí mismo»
Toda la gente con la que hemos hablado en China nos ha contado algo parecido: dependiendo a la Universidad a la que vayas así te irá. Por eso la gente se mata (a veces literalmente, porque hay suicidios) por entrar en una buena universidad. Recuerdo con cariño mis años en el colegio, las tardes viendo Caballeros del Zodíaco sin mucha preocupación por hacer los deberes: esto es algo que los niños chinos deben desconocer.
La presión en el colegio e instituto aquí son brutales: el colegio determina el instituto, el instituto la universidad, la universidad: el trabajo y el nivel de vida que vas a tener. Por lo que nos cuentan, en la universidad ya se relajan un poco, y cuando empiezan a trabajar, más (ojo, esto son principalmente opiniones muy generales que nos han dado distintas personas de perfiles muy distintos, pero todos occidentales).

Jack Ma entrevistado por Sir Martin Sorrel
Dicho esto, uno podría esperar que el amigo Ma hubiera ido a una de las universidades más prestigiosas del país. Pues no, no le aceptaban ni a tiros y acabó en la peor universidad de su ciudad, Hangzhou, donde su intención era convertirse en profesor de inglés:
I flunked my exam for university two times before I was accepted by what was considered my city’s worst university, Hangzhou Teachers University. I was studying to be a high school English teacher. In my university, I was elected student chairman and later became chairman of the city’s Students Federation. Jack Ma
Fuente: Brainyquote
Lo de profesor de inglés es algo que llama la atención: por aquí no habla inglés “ni el tato”. Fuera de Shanghai cuesta horrores hacerse entender con al menos un inglés básico (que aquí ninguno somos Shakespeare, pero es que no llegan ni a un “left/right” o “spicy / not spicy”). ¿Y cómo aprendió inglés Jack? Dando tours gratis a turistas, durante 9 años. Los padres de Jack Ma eran, según la Wikipedia unos “traditional musician-storytellers”, algo que no parece precisamente el mejor entorno familiar para los negocios.
No sólo era el mundo académico el que le rechazaba, tampoco tenía mucha suerte en el laboral. Hasta le rechazaron en el KFC (no sería tan malo, de no ser porque fue el único de los 24 candidatos que se presentaron que no consiguió entrar) y en su primer trabajo ganaba 12 dólares al mes. Sí, 12.
Pero en un viaje a Estados Unidos en el 95 descubrió Internet, al ver la poca información que había sobre China montó una web sobre el país y a la vuelta decidió crear una compañía que se dedicaba al diseño web. La suerte cambió y en 3 años había generado casi un millón de dólares. Tras un par de años dirigiendo una oficina (gubernamental) de tecnologías de la información decidió dejarlo, volver a su pueblo (es un decir, que aquí en China todo es “a lo grande” y Hangzhou tiene más de 8 millones de habitantes) y fundar Alibaba con unos cuantos amigos (17 o 18, según versiones). Con 60.000 dólares, nacería Alibaba en el 99 (diciembre del 98 en realidad):
My dream was to set up my own e-commerce company. In 1999, I gathered 18 people in my apartment and spoke to them for two hours about my vision. Everyone put their money on the table, and that got us $60,000 to start Alibaba. I wanted to have a global company, so I chose a global name. Jack Ma
Fuente: Brainyquote
Alibaba: ese negocio que le pareció tan nefasto a los VC’s
En el 99 nuestro protagonista contaba con unos 35 años (¡sí! ¡todavía estoy a tiempo de cambiar el mundo!) y había empezado con Alibaba: ecommerce B2B que ponía en contacto empresas chinas con otras de todo el mundo.
Pues bien, hace 15 años (que no es tanto tiempo) los inversores rechazaban meter dinero en Alibaba porque “no tiene sentido hablar de eCommerce en China, carece de infraestructura empresarial”. Supongo que hasta los más listos se equivocan y que más de uno recuerda la visita de ese chino cuentacuentos con una sensación agridulce: la oportunidad que dejaron pasar fue enorme.
Pero eso no quiere decir que fueran tontos. Tampoco era una idea descabellada en el momento “pasar”: al fin y al cabo la China de comienzos de finales del siglo XX / principios del siglo XXI poco tenía que ver con la de ahora. Aunque el PIB per cápita no sea el mejor indicador del mundo, echemos un vistazo rápido:
Fuente: tradingeconomics.com
Y de Internet, mejor ni hablamos: en el año 2000 la penetración de Internet en China era del 1,7%. Aunque eso dejaba un número total de usuarios nada despreciable (22,5 millones en aquél momento), tampoco parecía el mejor escenario del mundo para los inversores. Si a eso le sumamos que el que hacía el pitch era un chino de poco más de metro y medio (literal), cuya principal experiencia profesional era como profesor de inglés, incapaz de aprobar el gaokao (algo parecido a la selectividad, pero difícil hasta extremos insospechados) y que venía de hacer webs y “poco más” podemos ser algo más comprensivos con los miopes inversores.
Donde todos vieron debilidades e incertidumbre Jack Ma vio un enorme potencial de crecimiento. Supongo que por su cabeza pasó la idea de que ese pírrico 1,7% algún día se convertiría en algo más. Hoy en día ya es (casi) el 50%, lo que nos deja unos 600 millones de personas. La oportunidad de acompañar en crecimiento a un mercado así (que crece en tamaño y en poder adquisitivo a ritmos desproporcionados) ha permitido que Ma sea ahora el segundo hombre más rico de China (el primero hasta hace poco) y Alibaba una de las empresas más relevantes a nivel mundial.
La falta de infraestructura hizo que Internet sirviera para ayudar a madurar el mercado. En palabras de Ma: en China el ecommerce fue el plato principal, mientras que en Estados Unidos, con un mercado mucho más desarrollado, sólo el postre.
“Precisely because China’s business infrastructure was poor back then, and because in China we didn’t have this and that, when the internet came we used the internet to really mature and complete the business infrastructure. In America you’ve got Wal-Mart and retailers like that, so in America ecommerce is dessert. In China, it’s the main course.” Jack Ma
Algo que encaja con lo que nos contaba Óscar Ramos, emprendedor español en Shanghai: en China en muchos casos se han saltado una o dos generaciones “tecnológicas”, pasando de no tener teléfono a tener un smartphone, o de no tener televisión a tener una smart tv. La tecnología se ha integrado de forma más natural, porque no contaban con un legado que les atara.
A pesar de las dificultades Ma se las arregló para conseguir 25 millones de dólares, de instituciones como Goldman & Sachs o Fidelity. Eso no hizo que los primeros años de Alibaba fueran fáciles: los beneficios no llegaron hasta casi 2002 (diciembre de 2001).
Mientras, se las arreglaba para ser nombrado Young Global Leader por el World Economic Forum en 2001 y elegido por China Central Television como uno de los Top 10 Business Leaders en 2004, en 2009 hasta apareció en la lista de los más influyendes de Time.
Y así llegamos a 2015, con un Jack Ma como “héroe nacional»
De la evolución y alcance de Alibaba hablaremos en otro post dedicado en exclusiva a la empresa, porque hoy nos interesa más “el hombre detrás de Alibaba”.
Mucho ha llovido desde que fuera secuetrado por un americano loco en las Vegas mientras intentaba recuperar una deuda impagada, (parece que es a lo que se dedicaba en aquella época), de esa suerte de intercambio de clases de inglés amateur por guía turístico, o del rechazo en la universidad o el KFC.
Con sus más de 22.000 millones de dólares (es la 33ª persona más rica del mundo) nos encontramos ahora con un Jack Ma que se codea tranquilamente con Obama, inspira a miles de emprendedores y cuenta gracias inspiradoras en eventos a lo largo de todo el mundo con su filosofía de “no liderazgo” basada en una mezcla de taoísmo, Tai Chi (hay clases en la empresa, algunas impartidas por Jet Li) y budismo.
Alibaba es hoy más fuerte que nunca, con esos paralelismos que tanto nos recuerdan a Amazon. Porque también les ha dado por invertir en periódicos y medios tradicionales y no tan tradicionales, algo que algunos consideran un error. Error o no, está claro que tras haber protagonizado la salida a bolsa más grande de la historia, este pequeño underdog (adoro la expresión, pero me resulta difícil traducirla más allá de “tapado”) ha demostrado que la perseverancia (al menos a veces) tiene su recompensa.
Jack Ma es ahora una figura nacional china, tiene el potencial de ser un referente global y va camino de ello.
Su historia es tan rocambolesca que a veces hay detalles que parecen inventados, y, quién sabe, quizá sus padres cuentacuentos dejaron en él ganas de incluir detalles que adornaran la historia.
Pero bienvenidos sean, porque al menos yo ya estoy un poco cansado de emprendedores con puntuaciones perfectas en el SAT, licenciaturas en alguna Ivy League y padres adinerados.
Necesitamos más Jack Ma en el mundo.
Comentarios recientes